Saturday, July 15, 2006

EL SUCIO GOBIERNO DE TONY BLAIR

La última encuesta publicada por el Daily Telegraph no deja lugar a dudas: casi el 70% de los encuestados piensa que Tony Blair y su entorno son sucios y corruptos. El porcentaje para los conservadores no llega al 30%, así que hay que descartar la hipótesis del cinismo, del "todos son iguales" para explicar esto.

Dos tercios sospecha que los laboristas recaudaron fondos para su partido prometiendo a cambio favores o nombramientos para la Cámara de los Lores, y cuatro de cada cinco desea que la policía investigue el tema. Lo más llamativo del asunto es que el 65% sospecha que Tony Blair estaba al tanto del asunto.

Este escándalo es el último en una serie de irregularidades y chapuzas cometidas por el gobierno de Tony Blair en los últimos tiempos. Sin embargo, la imputación directa al primer ministro no debe verse como un "calentón", sino que es el resultado de la contumacia de Blair en el error de premiar la lealtad, más que la eficacia y la honradez. Ya en 1998, un año después de ganar sus primeras elecciones, se produjo la dimisión de Peter Mandelson, director de la campaña electoral laborista de 1997 y autor de "La Revolución Blair" en 1996, debido a una hipoteca obtenida de forma irregular por medio de un millonario que tenía importantes intereses económicos en el departamento de Comercio e Industria de Mandelson.

La renuncia de Mandelson también reveló que el supuesto "talante" del nuevo laborismo dejaba mucho que desear. Tras la revelación del periodista y ex parlamentario conservador Matthew Parris de que el ministro era gay -Parris también lo es, pero a diferencia del primero nunca lo ha ocultado- se descubrió que Mandelson había prohibido a la BBC hablar de su vida privada. Hasta aquí llegaba la independencia de la televisión pública británica.

Pero no acabó aquí la vida política de Mandy, como le apoda la prensa de su país. En 1999 fue nombrado ministro para Irlanda del Norte, cargo que tuvo que abandonar en 2001 por un nuevo caso de corrupción a favor de sus amigos millonarios. En este caso, Mandelson había estado ayudando al multimillonario indio Hinduja a obtener un pasaporte británico como pago por la contribución millonaria del indio a la Cúpula del Milenio de Londres. En esos momentos, Hinduja estaba siendo investigado por el gobierno de la India, razón por la cual un pasaporte del Reino Unido permitiría al magnate escapar a la acción de la justicia de su país y establecerse en Gran Bretaña con su familia.

Como premio a esta nueva irregularidad, y contra la opinión de gran parte de su partido, Blair apoyó a su amigo en las elecciones de 2001 -Mandelson es presidente del club de fútbol de su circunscripción electoral, a la que había representado desde 1992- y en 2004 lo propuso como Comisario de Comercio en la Comisión Europea. Pese a su turbio pasado, el Parlamento Europeo no vetó el nombramiento.

A la vista del historial del mejor amigo político de Blair, sería un error achacar la terrible reputación actual de Tony a la mala suerte, suspuestas campañas mediáticas, la ocupación de Irak o cualquier otro factor que no sean sus propios errores y su tendencia a rodearse de colaboradores corruptos e ineficientes. Tal es el empeño de Blair por asegurar a sus amigos éxito y fortuna que uno no puede evitar preguntarse qué podrá haber detrás de todo esto. ¿Precio y/o chantaje?

Mucho me temo, que no lamento, que los británicos están presenciando el canto del cisne del "Blairismo", una apuesta por la estética en sustitución de la política de la que desafortunadamente también participa el actual líder conservador David Cameron, a quien más le valdría aprender de los errores de Blair que afanarse por repetirlos. El glamour nunca debe ser sustituto del buen gobierno. Al final, cuando uno sustituye el liberalismo por el capitalismo de los amiguetes, y la gestión por el álbum de fotos, el resultado es el deshonor y la ignominia, y por supuesto un buen cargo en algún organismo internacional. Apuesto que Kofi Anan espera a Blair con brazos abiertos tras su probable próxima renuncia a la jefatura del ejecutivo británico.

1 comment:

Anonymous said...

Me ha hecho gracia esta frase: "contumacia de Blair en el error de premiar la lealtad, más que la eficacia y la honradez...".

He pensado inmediatamente en Zapatero y sus numerosos nombramientos meramente políticos para cargos de bastante importancia: la mayoría de las ministras cuota son unas ineptas, el nuevo director del Banco de España (rompiendo el tradicional acuerdo entre los grandes), la señora Caffarel, la directora de la Biblioteca Nacional (Rosa Regàs) y así un largo etcétera. Luego pasará lo de siempre, que empezarán a "morder" el presupuesto como si nada.