Sunday, May 07, 2006

Los gays, o el sempiterno muñeco de pim pam pum de la izquierda norteamericana

La próxima campaña electoral en los Estados Unidos para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado puede ser crucial para el presidente Bush. Los rumores sobre un posible impeachment son ya ensordecedores. Se dice que de alguna forma los republicanos se lo merecen, y se recuerda la furibunda campaña contra el presidente Clinton y el frustrado intento de hacerle dimitir por su falta de sinceridad durante el escándalo de la becaria. Tanto entonces como ahora, falta un elemento crucial del procedimiento de censura presidencial: la comisión de un delito. A diferencia de Nixon, cuya conducta sí que podría haberlo hecho reo de un procedimiento penal, ni Clinton ni Bush, ni Reagan antes -los demócratas intentaron censurarlo dos veces- cometieron delito alguno.

El supuesto impeachment al presidente en caso de que los demócratas consigan la mayoría en el legislativo sería un fraude de ley, un intento antidemocrático que viola el principio de legimitidad dual de los sistemas presidenciales y una medida que sólo acarrearía inestabilidad y un posible efecto boomerang para la izquierda norteamericana en las presidenciales de 2008. Sin embargo, todo es posible en la actual deriva demócrata hacia un discurso vacuo y radical dictado por el millonario Soros y su empleado Howard Dean. Nunca un partido tan grande había pertenecido a tan poca gente.

Aparte de las acusaciones criminales, otro de los argumentos que se esgrimen contra los republicanos es su poca estima hacia los derechos civiles y las libertades individuales. Entre otras cosas, se les acusa de ser anti-gay y de querer convertir a esta colectividad en ciudadanos de segunda clase. Siendo cierto que la rama cristiana del partido republicano es ciertamente homófoba, ni el liderazgo del partido ni su base electoral está por la labor de enviar a los homosexuales a ningún campo de concentración ni cosa parecida. En la contienda electoral, la verdad e incluso la verosimilitud suelen sufrir a manos de la demagogia, lo cual no significa que se deba mentir de forma continua, y que algunas personas decidan rebajar su estatura moral e intelectual y pasar del análisis riguroso sobre la realidad política a la propaganda más burda. Tal es el caso de mi admirado Andrew Sullivan, anterior editor de la revista política The New Republic, quien en un artículo publicado en el número de hoy del Sunday Times desliza un párrafo que reproduce eficazmente el argumentario falaz del campo anti-Bush:

En cuanto a las prejas gays, el contraste [se refiere a la diferencia entre las actitudes públicas de Bush y Cheney contrarias a la inmigración ilegal y los gays y su actitud privada favorable a estas colectividades] igualmente llamativo. Bush y Cheney apoyaron una medida draconiana contra las parejas gay hace un par de años. Respaldaron una enmienda constitucional que eliminaría toda la protección legal de las parejas gays, aboliría las leyes de los estados sobre matrimonio gay y se comería cualquier ley sobre parejas.

La prohibición del matrimonio homosexual es un punto fundamental en la agenda de la derecha cristiana y el intento de algunos senadores de aprobarla fue apoyado por el presidente. Sin embargo, la medida no consiguió los votos suficientes debido a la oposición de un tercio de los legisladores republicanos y Bush fue distanciándose de ella hasta el punto de pronunciarse públicamente a favor de una regulación de las parejas gays similar a la existente en Francia y Gran Bretaña y a la que con toda probabilidad se aprobará en Alemania e Italia. También los principales terminales mediáticos del movimiento republicano, The Wall Street Journal y The National Review, proponen una legislación como la de los estados europeos mencionados como solución para acabar con la controversia. Sin embargo, algunos en la izquierda prefieren seguir respaldando la opción "o matrimonio o nada", sin darse cuenta de que al final, como ocurrió en los referenda sobre la cuestión celebrados en varios estados norteamericanos, algunos de ellos tradicionalmente demócratas, se quedaron sin nada. Bueno, exactamente sin nada no; el rechazo de la mayoría de la población (entre el 60 y el 80% de los votantes) a denominar a las uniones de gays matrimonio permite perpetuar el conflicto y las mendacidades que Sullivan reproduce en su artículo.

Además de ser falso que el liderzgo republicano esté en contra de dar a las parejas gays derechos y protecciones similares a las de los matrimonios, esta postura extrema no goza de popularidad ni entre los jueces, y lo que es mucho más importante, ni entre la población de los EEUU. En varios estados, los tribunales han dejado claro que si bien la enmienda constitucional prohibiendo el matrimonio gay es legal, el asunto de las parejas de hecho o uniones civiles es otra cuestión, y que su prohibición puede ser discriminatoria. En esto los jueces norteamericanos coinciden con la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ha dejado claro que ningún estado de la UE tiene la obligación de legalizar ni el matrimonio gay ni las parejas de hecho -en esto el tribunal europeo está más cerca de la derecha cristiana que los jueces de los EEUU.

Last, but not least, la opinión pública norteamericana se muestra ampliamente favorable a dotar a las parejas de personas del mismo sexo de muchos de los beneficios de los que disfrutan los matrimonios. La tabla que adjunto más abajo muestra los resultados de varias encuestas nacionales llevadas a cabo durante los debates previos a la votación en el senado de la enmienda constitucional prohibitiva del matrimonio gay. Entre un tercio y un 45% de los norteamericanos se mostraba en contra de esta medida. ¿Significa esto que estuvieran a favor del matrimonio gay, o que los que apoyaban la prohibición constitucional se opusieran también a la regulación de las parejas gays? La respuesta es clara: NO.

Otros estudios centrados en la cuestión del matrimonio gay, y no en la fallida enmienda constitucional, revelan que el porcentaje de la población que se muestra a favor de legalizar las uniones homosexuales se sitúa entre el 50 y el 60%, mientras que los favorables al matrimonio gay se sitúan alrededor del 30% de la población (Gallup), un porcentaje similar al registrado en la mayoría de los países europeos. Cuando las preguntas tratan sobre la discriminación de los gays en el ámbito laboral, 4 de cada 5 norteamericanos es contrario a que esto exista, e incluso un 60% se opone a discriminar a los profesores gays. Por tanto, es del todo falso acusar a los norteamericanos de homófobos o anti-gay. Lo que existe es sin duda una gran ambivalencia, o incluso equívoco, proviniente de una buena voluntad general combinada con prevención contra la palabra "matrimonio" aplicada a los gays. Sin embargo, cuando se trata de prohibir este tipo de matrimonio, los contrarios a esta media exceden a los favorables al matrimonio gay, lo que evidencia que la palabra PROHIBICIÓN no es un término popular entre los norteamericanos. Como muestra la tabla, la introducción de esta idea en la pregunta produce el efecto de disminuir el apoyo a la media constitucional.

Dilatar el debate sobre las uniones gays en vez de negociar y encontrar una solución que elimine las injusticias sin violentar las creencias morales y religiosas de la mayoría es una indecencia y un insulto a los homosexuales. Tal vez sea electoralmente más rentable prolongar el sufrimiento de algunos para usarlo como arma arrojadiza contra el adversario político. Igual de deleznable es la hipocresía de la élite republicana, que de vez en cuando filtrea con cierta homofobia para ganar un puñado de votos, que la traición de los progresistas, cuyo maximalismo es la causa de que las uniones homosexuales sigan en el limbo legal.

Flaco favor hacen personas como Andrew Sullivan a la causa que dicen defender si se empeñan en definir el debate sobre los derechos de los gays como una cuestión polar y en negar la amplia zona de consenso existente entre la élite y la población general. Dado que el apoyo al matrimonio gay entre aquellos entre los 18 y los 24 años de edad se sitúa en 43% de los encuestados, no parece que los EEUU se muevan hacia la homofobia o algo similar; la posibilidad de acuerdo va a continuar por mucho tiempo, y sería miope seguir usando el matrimonio gay como argumento electoral. Sullivan sostiene que una victoria demócrata haría posible la solución del problema. Justo lo contrario por varias razones: 1. Muchos legisladores demócratas están en contra del matrimonio gay, así que es improbable que el Congreso aprobase una ley como la española; 2. El matrimonio gay radicalizaría a algunos republicanos, y podría arrastrar a parte de la población a una postura maximalista contraria a cualquier regulación de las parejas homosexuales.

Por tanto, mi conclusión es justamente la opuesta a la de Sullivan. Una victoria republicana en las elecciones de noviembre posibilitaría un amplio acuerdo sobre la regulación de las uniones gays. El previsible ultraje que expresarían tanto la derecha religiosa como los militantes gays, grupos minoritarios en el partido republicano y en el democráta respectivamente, podría ser fácilmente ignorado por los legisladores. En un mundo cada vez más peligroso, y ante el acoso que las democracias liberales sufren por parte de la alianza entre el jihadismo musulmán y el fascismo folk latinoamericano y sus variantes locales batasunas y ezquerdistas, a cuyo río revuelto acuden prestos los pescadores lepenistas, es urgente mover el foco del debate político hacia la economía y la seguridad internacionales, no vaya a ser que nos pase como a los conejos de la fábula de los galgos y acabemos engullidos por las fauces el totalitarismo rampante disfrazado de multiculturalismo, nacionalismo y antiglobalización.


Source (date)

Wording of question

Favor

Oppose

DK

Before May 17





Gallup (May)

Would you favor or oppose a constitutional amendment that would define marriage as being between a man and a woman, thus barring marriages between gay and lesbian couples?

51%

45%

4%

PEW (February)

There has been a proposal to amend the Constitution to ban gay marriage. Do you think amending the Constitution to ban gay marriage is a good idea, or a bad idea?*

61%

35%

3%

CBS (February)

Would you favor or oppose an amendment to the US Constitution that would allow marriage only between a man and a woman?

59%

35%

6%

CBS (February)

Would you favor or opposed an amendment to the US Constitution that would allow marriage only between a man and a woman, and outlaw marriages between people of the same sex?

51%

42%

7%

After May 17





LA Times (June)

Do you favour or oppose a constitutional amendment to the US Constitution that legally defines marriages as a union between a man and a woman, and would prevent states from legally recognizing same-sex marriages? **

48%

47%

5%

CBS (May)

Would you favor or oppose an amendment to the US Constitution that would allow marriage only between a man and a woman?

60%

37%

3%