Al contrario que mi querido Miquel Rosselló, mi opinión sobre la democracia directa es menos escéptica que la suya, y para el caso norteamericano diría que casi entusiasta, pues en ese país los peligros de bonapartismo, demagogia y polarización contra los que advierte Miquel son mínimos, ya que la revisión judicial y el pluralismo del sistema impiden que un plebiscito devenga en legimitación de una dictadura. Este es el tema de mi columna de esta semana en www.usadigital.com, en la que explico someramente las reglas de la democracia directa en los EEUU y lamento el sesgo oligárquico y cerrado de las partitocracias europeas.
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1 comment:
¿Sabes que mi intención era rematar el artículo con uno similar al tuyo? Si es que... Pero me alegro porque el tuyo es muy bueno, mucho mejor que el que tenía pensado.
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