QUÉ ROLLO DE MANI

Escasa participación, gestos de despiste, pocas consignas –ninguna contra ETA- y ambiente de perplejidad y desconfianza. Sólo los pequeños grupos de ecuatorianos y los simpáticos marxistas de Unidad Comunista de España lo tenían claro: ellos iban por libre. Si esto es todo lo que el PSOE es capaz de movilizar un sábado por la tarde con cielo despejado y a 15 grados en pleno invierno, ZP tiene motivos de sobra para pedir ración doble de ansiolítico. No está solo. Casi...

Ni en la cantidad ni en la calidad consiguieron los organizadores su objetivo. Trescientos metros transitables, comparados con los más de 1000 que suele ocupar la AVT y en los que no cabe un alfiler. Laterales vacías –llegué a las siete por una calle de Alcalá absolutamente desierta; también lo estaban Velázquez, Serrano, Alfonso XII, Paseo del Prado, Alcalá más allá de Cibeles y Génova- mientras que en el caso de la AVT los manifestantes suelen desbordar el recorrido oficial y ocupan varios cientos de metros de las calles aledañas. Que los expertos traduzcan esto en números exactos. Para mí lo importante es constatar que si la AVT con la adhesión del PP y el apoyo de una radio y dos periódicos consigue convocar a muchísimas más personas que PSOE, IU, UGT, CCOO, Prisa, TVE, Tele5… la conclusión es clara: pinchazo de la izquierda, triunfo del sentido común y el sano escepticismo y un gobierno bananero que insulta la inteligencia de los ciudadanos.

Definitivamente, en el asunto del terrorismo los progres pinchan en hueso. Igual que Aznar, llevado por una mezcla de ignorancia y estupidez, se propuso cambiar de un plumazo la cultura política de los españoles y convencernos de que debíamos abandonar el retraimiento y apoyar la controvertida y arriesgada invasión de Iraq, ZP toma a los ciudadanos por imbéciles. Al menos Aznar tenía sus razones. En este caso, la falacia de que los que nos oponemos a su frente amplio con ETA-HB somos una panda de fascistas irredentos es como afirmar que la Tierra es plana.

Extraigo esta conclusión de la gran incredulidad y descreimiento que percibí en la manifestación del sábado. Retornando a la comparación con las marchas de la AVT, lo que más me sorprendió de la del sábado fue la abulia de los participantes, que por las conversaciones que escuché eran en su casi totalidad disciplinados afiliados a UGT y el PSOE. El sombrío y triste rostro del ex franquista Mayor Zaragoza, que más parecía estar asistiendo a un entierro, lo decía todo.

En cuanto a las consignas, exageran quienes como Merlos en la COPE magnifican las referencias al PP y la AVT. Las críticas e insultos contra estas dos organizaciones fueron marginales, como lo fueron las consignas de apoyo a ZetaP. Casi huelga decir que contra ETA nadie dijo nada. El Catecismo de lo políticamente correcto ha incluido un nuevo precepto: no llamarás a los criminales por su nombre. Cualquier parecido con atronadores coros de las manifestaciones de Alcaraz es pura coincidencia. Los intentos de algunos manifestantes por levantar el ánimo gritando a favor del gobierno o en contra del PP resultaban, cuanto menos, patéticos. Hasta yo mismo sentí vergüenza ajena. Más que una marcha política aquello parecía un rebaño de borregos tristones llevados a no sé sabe dónde y sin saber bien por qué.

En su pancarta portada por seis personas, el Sindicato de Estudiantes recordaba a sus amigos terroristas que los atentados contra los trabajadores sólo benefician a la derecha. Los siete del Foro Social de la Sierra de Guadarrama pedían autodeterminación -¿acaso el País Vasco es tierra ocupada o colonizada?- y acercamiento de presos. A su alrededor, un vacío de varios metros. Ni siquiera los más fieles a la causa socialista se atrevieron ayer a caminar al lado de este tipo de mensajes. De forma espontánea, los manifestantes de ayer crearon un cordón sanitario en torno a los que desde posiciones de izquierda justifican a ETA. Difiero de los que retratan la manifestación como un ejercicio de odio y sectarismo. Creo que la posición del presidente del gobierno es minoritaria no sólo entre los españoles, sino incluso entre los propios militantes del PSOE. Sin embargo, el servilismo típico de los miembros de los partidos socialistas, que trocan la antigua sumisión al Trono y al Altar de aquellos que saludaban a Fernando VII con el “vivan las cadenas”, ese patriotismo de partido que no es otra cosa que masoquismo, me hace dudar de que haya entre los militantes de izquierda gente capaz de llamar a las cosas por su nombre y denunciar la alianza comunazi que propone el presidente del gobierno.

Faltaron ONGs, cristianos de base, gays y lesbianas... –pensé que me cruzaría con muchos conocidos, pero sólo me encontré con un gilipollas que creo se lió con un ex novio mientras fingía mediar. Supongo que se sentirá identificado con la conducta de Zapatero. En definitiva, no hubo nada de eso que los que propugnan una democracia participativa llaman sociedad civil. La espontaneidad brilló por su ausencia en un ambiente en el que la pregunta que flotaba en el aire era “¿y qué carajo hacemos aquí?”. Comprendo ahora los elogios de Federico Jiménez Losantos a la base social de la derecha española.

La únicas notas de criterio las pusieron los pequeños grupos de ecuatorianos que iban por libre exigiendo el final de los asesinatos y coreando “España, amigo, Ecuador está contigo”. Tras el humillante e indigno trato dispensado por Trinidad Jiménez a los dos asesinados y sus familias –vergüenza para todos aquellos latinoamericanos que trabajen con ella. Pero ya se sabe, el peronismo es así- las expresiones de solidaridad con los españoles me resultaron conmovedoras. Y por supuesto, Unidad Comunista de España, que aunque trágicamente equivocada en el tratamiento –el marxismo no es la solución, sino parte del problema por su incapacidad para comprender el fenómeno nacionalista- sí que acierta en el diagnóstico: PNV y ETA-HB son organizaciones fascistas con las que no cabe negociación ni pacto político. Firmeza, entrega de armas y libertad.

En conclusión, una divertida tarde de sábado en la que pude constatar el fracaso de ZetaP y el fraude que diariamente cometen los que lo apoyan. Y desde luego que hicieron muy bien el PP, la AVT y el Foro de Ermua declinando su participación en el desfile de ayer, que más parecía una representación de El Concierto de San Ovidio de Buero Vallejo que un acto político. ¡Qué poco hemos cambiado!