Hace dos días Libertad Digital contaba que un inmigrante sin papeles vivía desde Marzo en un hospital. Hechos como el mencionado podrían dejar de ser anecdóticos si España se convierte en destino preferido de ciudadanos de países de Europa del Este.
Un reciente informe confidencial del gobierno británico augura situaciones de caos en escuelas, hospitales y servicios "sociales" como la vivienda protegida. La crisis estaría causada por la entrada de 600 mil trabajadores de Europa del Este en los últimos dos años (la previsión había sido de 30 mil). Algunos inmigrantes residen de forma permanente en hospitales y centros psiquiátricos a pesar de no tener ningún problema de salud.
El informe sostiene que la actual política británica, que exige a los extranjeros un año de trabajo legal en el país antes de acceder al "Estado de Bienestar" tendrá que ser abolida debido a los problemas de delincuencia y orden público ocasionados por la presencia de cientos de miles de personas que en su mayoría no se registra en las oficinas de desempleo, y por tanto no tienen derecho a recibir subsidios estatales.
Algunas autoridades locales también han solicitado un cambio legislativo debido al problema que los vagabundos están creando no sólo en los refugios y hospitales, sino también en las calles. Varias zonas han registrado un aumento alarmante de los crímenes violentos y contra la propiedad, y una proporción creciente de los reos son nuevos inmigrantes procedentes de Polonia. La situación tiene todos los visos de empeorar por dos hechos adicionales: concentración de los europeos del Este en dos o tres regiones, y el probable influjo de rumanos y búlgaros en los próximos años.
Sin embargo, el citado informe también señala el riesgo de "efecto llamada" si los extranjeros son nuevamente aceptados en el sistema de subsidios públicos. Por otra parte, esta tímida política restrictiva podría ser anulada por los jueces.
¿Que ocurre cuando un país recibe la llegada masiva de inmigrantes, algunos de los cuales son niños, y otros muchos sin intención de trabajar, a despecho de las restricciones que se produzcan en su acceso a los servicios "sociales?
Creo que la respuesta que los políticos, investigadores y empresarios den a este problema debe tomar en cuenta el mayor número de variables posibles. Por una parte, la limitación de los subsidios para los nuevos inmigrantes debe ser real, y no sólo cosmética; no se deben dejar lagunas que sólo empeoran la situación y además crean amenazas para la vida y seguridad de los antiguos residentes en el país. En segundo lugar, el análisis meramente economicista de la inmigración se está revelando insuficiente y simplista, y ante los hechos que se están produciendo cabe también una política de cautela ante la admisión de trabajadores extranjeros. Es necesario el establecimiento y aplicación de límites a la entrada y de mecanismos efectivos de expulsión para los que infingen la ley.
Sin duda, esto puede implicar un aumento de gastos y de competencias por parte de algunos organismos públicos. De todas formas, si de forma paralela se producen las reformas legislativas que eviten el efecto llamada de la caridad pública, esta regulación de la inmigración tendrá carácter temporal, y se podrá reformar de forma gradual a la vista de los resultados de los cambios en el estado "de bienestar".
Por desgracia, y a pesar del creciente interés que la inmigración suscita entre la población y los estudiosos, el actual ministro de Interior sólo nos ofreció ayer una colección de auténticos chistes negros dignos de aparecer en la portada de El Jueves. Está claro que a algunos políticos, en cuanto los alejas de las intrigas y los colocas en puestos que requieren algo más que la impostura y el insulto, se disuelven como un azucarillo en el agua y se convierten en parodias de sí mismos.
Pérez Rubalcaba va camino de rubricar su ominosa hoja de servicios al pueblo con la legitimación del terrorismo como instrumento de la política democrática y la creación de una de las mayores crisis humanas y sociales de las últimas décadas. Que Satanás se lo pague como merece.