La derecha cobarde

Escribo esto mientras escucho El país de las maravillas en Intereconomía dirigido por Enrique de Diego, quien comienza defendiendo la reinvenciónde la derecha en España, pues Pedro J. apoya, el matrimonio gay y defiende una política económica intervencionista y una política exterior altermundista. Uno de sus colaboradores, un tal Emilio, dice que "nosotros no somos talibanes de sacristía" -¿no habíamos quedado en que Pedro J. era impío?- y denuncia la histeria mediática y la mercancía averiada de algunos medios de comunicación, concepto que "encanta" al locutor, quien además vaticina que El Mundo pasará a la historia para mal. Usa a Popper y su estudio sobre la teoría de la conspiración para denunciar las manipulaciones de Pedro J. y habla de "secta".
Por supuesto, también afirma que "en el PP mandan Federico Jiménez Losantos y Pedro J. igual que el en PSOE mandan Polacno y Cebrían" y que el Partido Popular se dedica a defender la piscina del director de El Mundo mientras abandona Galicia. Concluye diciendo que no sabe si votará al PP. ¿Pero no decía que era votante de ese partido? El repentino cambio de opinión autoinducido es, cuanto menos, sorprendente.
Emilio el liberal apela a "los principios" que la mayoría de los votantes del PP demandan y de los que el partido carece. No dice cuáles son. Sin embargo, cree "a pie juntillas" que ETA está implicada en el 11-M. Supongo que habrá llegado a este convencimiento tras haber leído las revelaciones a este respecto publicadas en ABC y en El País.
De Diego exige que los de El Mundo sean procesados por calumnias, y el otro colaborador, llamado César, habla de "güis tinkin", evocando sin duda el Wishful thinking al que nos tiene acostumbrados Pepiño Blanco.
En este punto dejo de escuchar el programa, pues mi nivel de tolerancia no es tan alto como para soportar a este grupo de panolis.

Lo único parcialmente cierto sobre lo que dicen de El Mundo es lo referente a política internacional, ya que la línea editorial del diario se ha posicionado siempre tanto contra el matrimonio gay como por una menor intervención del Estado en la economía. Pero para saber esto hay que leerlo, algo que el locutor y sus amigos supuestamente "liberales" no hacen. Sin embargo hablan de talibanes de sacristía. ¿Y por qué ellos no tienen tiempo para leer la prensa? Tal vez estén ocupados rezando algún rosario, porque ellos sí que son de derechas y votantes del PP, no como los otros.
Por supuesto que hay que refundar la derecha, empezando con gente como los del programita de Intereconomía, que para empezar deberían informarse un poco. Y sobre la hegemonía periodística a la que según ellos aspiran Federico Jiménez Losantos y Pedro J. dado su grado de mediocridad no me extraña que el de la COPE y el de El Mundo la consigan muy pronto.

Esta derecha cobarde y caposa -en el caso de De Diego, el sentido es literal- de la envidia, el servilismo y el fulanismo es la que va a pasar a la historia de la ignominia. El programa de Intereconomía se subtitula "no apto para progres". Tampoco lo considero apto para mí, que tengo de progre lo que el Papa de mujeriego.

Espero que Rajoy aguante la embestida de los maricomplejines de via crucis, golpes de pecho, "corramos un tupido velo" y "El General Galindo es un santo", esos que se envuelven en la bandera nacional y denuncian campañas contra las fuerzas de seguridad del Estado. Dios quiera -¿estaré usando el nombre de Dios en vano? ¿soy un peligroso y falso derechista o un talibán rosa de sacristía? Que los próceres de la madrugada me lo digan- que no ceje en la línea que él y sus colaboradores han iniciado. También hubo algunos que en los noventa se escandalizaron cuando El Mundo comenzó a investigar los crímenes de los GAL y propusieron el silencio de los corderos. Pues que vayan al matadero ellos solos.