La fallida candidata socialista se va igual que llegó, vendiendo humo de la peor calidad, ese que contamina de verdad y contra el que no cabe remedio. “Francesas y franceses” –también en Francia, ¡qué horror!- “este movimiento no para aquí”. La señora se prepara para la nueva guerra fraticida que se avecina en el seno de la izquierda democrática francesa. Ni más ni menos que el que según los insiders iba a ser su Primer Ministro ha sido el primero en criticar duramente la campaña electoral de su “lideresa” y exigir cambios. En televisión, el macabro Laurent Fabius también pedía responsabilidades.
Francois Hollande, secretario general del partido y “compañero” de la presidenciable, reiteró el mensaje de Segoléne. Un bonito acto de lealtad conyugal que en esos momentos resultaba conmovedor. No obstante los piropos maritales, la perdedora es consciente de que para sobrevivir va a necesitar algo más que besos, vacuos mensajes de amor y trajes sastre impecables.
Por mí, como si los socialistas franceses acaban a navajazos. Suelen hacerlo cada dos o tres años, ganen o pierdan, así que no creo que vayamos a presenciar nada que no hayamos visto antes. Lo peor es que pese a la tercera derrota presidencial y la previsible nueva debacle en las legislativas, la izquierda francesa continuará proclamando su superioridad moral en todos los terrenos.
Por lo demás, magnífica cobertura de CNN International, sorprendentemente equilibrada dados los precedentes y las conocidas proclividades izquierdistas de la Gorani. Periodismo de primera que rehabilita a una de las reporteras más progres de la cadena. Y en cuanto al magnífico mega concierto rock de celebración con cantante country norteamericana afincada en Francia incluida, sólo puedo reconocer mi envidia.
Mientras tanto, un grupito de agentes provocadores, o como diría Miguel Sebastián, víctimas de la “carencia de ocio autogestionado” intentó armarla en la Plaza de la Bastilla. La policía respondió con gas lacrimógeno. Fascismo en estado puro –el de los vándalos, claro-.
Me pregunto si algunos analistas seguirán diciendo eso de que la participación electoral elevada suele beneficiar a la izquierda. Dos grandes excepciones, Francia y EE.UU., donde en los últimos años ocurre justo lo contrarios, deberían hacerles repensar la regla.
Sin embargo, me temo que el mensaje lanzado por la mayoría de los franceses caiga en saco roto progresista. No serán ellos quienes aprovechen el último cracker de la Vallvey en su Bonus Track de La Razón dominical.
“...estamos asistiendo impávidos y flemáticos a lo que podríamos llamar “la supremacía moral de la izquierda” española. El asunto consiste en que cuando una persona se declara políticamente de izquierdas, no se ve obligada a justificar sus actos, creencias o valores, porque el hecho simple y llano de “ser de izquierdas” la absuelve de todo escrutinio moral, de toda sospecha” (...)
“La opción liberal (anti-fascista como ninguna otra) no termina de caber en la cabeza de la izquierda española más obstinada: para cierta izquierda, una persona “liberal” es más bien aquella que pone anuncios en la sección de contactos de una revista sicalíptica, del tipo: “casado, maduro y liberal, busca hombres y mujeres morbosos para encuentros discretos.” (...)
“No será, pues, el GULAG –la trituradora de carne estalinista- que otorgue la superioridad moral de que presume la izquierda, ni ese pasado color “rojo checa” sangriento de nuestra Guerra Civil. ¿Dónde radica, pues, su innata supremacía moral?”
En estos tiempos de bolchevismo chic y reedición del pacto germano-soviético de 1939, de neoradicalismo y legitimación de la violencia política en nombre del “progreso”, la izquierda democrática debería pensárselo muy bien antes de continuar por la ruta de la batasunización de su mensaje y de la fascistización de sus bases –no conviene olvidar quién comenzó la pelea y quién ejerce la defensa propia. Y si deciden no hacerlo, tanto peor para ellos. A veces el pueblo no olvida.
El discurso de Sarkozy sin sorpresas. El presidente electo mezcló temas muy a la New Labour –calentamiento global, limosnas, que no libre comercio, para África- son asuntos bastante atractivos como la libertad económica, la rebaja de impuestos y la reforma educativa. Lo mejor sin embargo fue su declaración de guerra al burka, que seguro habrá escandalizado a más de una feminazi. Fuck them!
Francois Hollande, secretario general del partido y “compañero” de la presidenciable, reiteró el mensaje de Segoléne. Un bonito acto de lealtad conyugal que en esos momentos resultaba conmovedor. No obstante los piropos maritales, la perdedora es consciente de que para sobrevivir va a necesitar algo más que besos, vacuos mensajes de amor y trajes sastre impecables.
Por mí, como si los socialistas franceses acaban a navajazos. Suelen hacerlo cada dos o tres años, ganen o pierdan, así que no creo que vayamos a presenciar nada que no hayamos visto antes. Lo peor es que pese a la tercera derrota presidencial y la previsible nueva debacle en las legislativas, la izquierda francesa continuará proclamando su superioridad moral en todos los terrenos.
Por lo demás, magnífica cobertura de CNN International, sorprendentemente equilibrada dados los precedentes y las conocidas proclividades izquierdistas de la Gorani. Periodismo de primera que rehabilita a una de las reporteras más progres de la cadena. Y en cuanto al magnífico mega concierto rock de celebración con cantante country norteamericana afincada en Francia incluida, sólo puedo reconocer mi envidia.
Mientras tanto, un grupito de agentes provocadores, o como diría Miguel Sebastián, víctimas de la “carencia de ocio autogestionado” intentó armarla en la Plaza de la Bastilla. La policía respondió con gas lacrimógeno. Fascismo en estado puro –el de los vándalos, claro-.
Me pregunto si algunos analistas seguirán diciendo eso de que la participación electoral elevada suele beneficiar a la izquierda. Dos grandes excepciones, Francia y EE.UU., donde en los últimos años ocurre justo lo contrarios, deberían hacerles repensar la regla.
Sin embargo, me temo que el mensaje lanzado por la mayoría de los franceses caiga en saco roto progresista. No serán ellos quienes aprovechen el último cracker de la Vallvey en su Bonus Track de La Razón dominical.
“...estamos asistiendo impávidos y flemáticos a lo que podríamos llamar “la supremacía moral de la izquierda” española. El asunto consiste en que cuando una persona se declara políticamente de izquierdas, no se ve obligada a justificar sus actos, creencias o valores, porque el hecho simple y llano de “ser de izquierdas” la absuelve de todo escrutinio moral, de toda sospecha” (...)
“La opción liberal (anti-fascista como ninguna otra) no termina de caber en la cabeza de la izquierda española más obstinada: para cierta izquierda, una persona “liberal” es más bien aquella que pone anuncios en la sección de contactos de una revista sicalíptica, del tipo: “casado, maduro y liberal, busca hombres y mujeres morbosos para encuentros discretos.” (...)
“No será, pues, el GULAG –la trituradora de carne estalinista- que otorgue la superioridad moral de que presume la izquierda, ni ese pasado color “rojo checa” sangriento de nuestra Guerra Civil. ¿Dónde radica, pues, su innata supremacía moral?”
En estos tiempos de bolchevismo chic y reedición del pacto germano-soviético de 1939, de neoradicalismo y legitimación de la violencia política en nombre del “progreso”, la izquierda democrática debería pensárselo muy bien antes de continuar por la ruta de la batasunización de su mensaje y de la fascistización de sus bases –no conviene olvidar quién comenzó la pelea y quién ejerce la defensa propia. Y si deciden no hacerlo, tanto peor para ellos. A veces el pueblo no olvida.
El discurso de Sarkozy sin sorpresas. El presidente electo mezcló temas muy a la New Labour –calentamiento global, limosnas, que no libre comercio, para África- son asuntos bastante atractivos como la libertad económica, la rebaja de impuestos y la reforma educativa. Lo mejor sin embargo fue su declaración de guerra al burka, que seguro habrá escandalizado a más de una feminazi. Fuck them!
7 comments:
El corazón de Europa al que nos quería llevar Zp, no parece querer seguir sus orientaciones políticamente zapateriles.
Espero que sea para mejor. Aunque dudo, que el liberalismo por si mismo pueda hacer pasar a mejor vida al rancio discurso de la izquierda europea... cuando ni siquiera ha sido capaz de educar a la derecha.
En cualquier caso, los socialistas franceses de haber ganado, habrían incidido (más si cabe) en las políticas antivarón de Zp. Aunque sólo sea por ello, me alegro por los varones franceses que no hayan ganado los socialistas. Del resto de esta victoria liberal, ya iremos viendo sus resultados.
Pablo el herrero
De antisistemas nada. Si entras en la pagina web de Le Figaro veras que en Lyon las juventudes socialistas francesas fueron a buscar a los de la UMP para matarlos, y partieron desde las mismas sedes del PSF. Curioso que en España lo tapen. Este es el respeto por la democracia del socialismo francés y europeo.
“Francesas y franceses” –también en Francia, ¡qué horror!-
Precisamente en Francia se inventó esa moda giliprogre. Lo empezó a utilizar De Gaulle en una campaña después de que sus asesores le advertiesen de que el voto femenino le era adverso.
Bueno parece ser que hace un año Royal descubrió que Hollande la engañaba y que el compañero sentimental es Louis Dreyfus, ex director de Renault.
Por lo demás es falso dcecir que no ha habido sorpresas en el discurso de Sarkozy. Porque desde De Gaulle la politica farncesa ha sido de jugar un bloque contra el otro, de aliarse con genocidas y con dictadores, de proveerles con el arma nuclar. Y no olvidemlos el apoyo a los genocidas en rwanda para presvar la "Francfrique". Perezca la humanidad con tal de que Francia pueda sacar el cuello. Y Sakozy lo que dice es "Francia debe estar del lado del libertad y con los oprimidos, con las enfermeras en Libia, con Ingrid Bethancourt, con con las mujeres a las que obligan a llevar la burkha les go que Francia estara a su lado". Ha tirado por la borda toda la immoralidad y todo el antiamericanismo sistematico de esa Francia que no ha perdonado a los americanos ni Petain , ni el D-Day, ni el plan Marshall.
De Gaulle y Mitterrand han debido revolverse en su tumba y si Chirac no lo ha hecho es porque, desgraciadamente, aún no está muerto.
Espectacular tu artículo.
Lo he copiado y reenviado.
No tengo nada mas que añadir.
Chapeau!
Me ha gustado mucho el artículo, escribes muy bien y comparto el fondo.
Hace falta una televisión liberal, ya lo decía Mises.
Séneca.
Vamos a ver como se desempeña supersarko, no olvidemos que al fin y al cabo es francés. A ver si respalda con hechos sus palabras, vamos a estar atentos.
Eso sí, en principio lo ganado es mucho, para empezar la zapatera se queda en sus zapatos, lo cual de por sí es una victoria, incluso para España.
Saludos.
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