No quisiera estar en la piel de ningún italiano en estos momentos. Por un lado están las las demenciales propuestas económicas de la coalición de centro-izquierda, mucho más de los segundo que de lo primero, pues el peso de los comunistas no hace sino aumentar. Subida de impuestos e intervención estatal, la receta ideal para el desastre. Como ilustra el caso portugués, a la ineficacia socialista le puede suceder la parálisis de la derecha para concluir en el desastre total que ha seguido a la victoria socialista y que el electorado portugués ha sancionado duramente tanto en las municipales como en las presidenciales.
Por otro lado están las prácticas populistas y el recurso al chiste fácil y al insulto de Berlusconi, que por cierto, no es peor que la vicepresidenta del gobierno en cuanto a improperios, y en cuya coalición de gobierno no figuran los fascistas de Alessandra Mussolini, como algunos diarios madrileños intentan hacer creer al lector -no se descarta que ocurra, porque al igual que en la izquierda parece ser que los extremos van a salir beneficiados en estas elecciones. ¿Votaría usted a Polanco si fuera liberal? ¡Menudo dilema!
La cobertura de las elecciones italianas por parte de la prensa madrileña es en general hostil a Berlusconi. Las crónicas de El Mundo y de El País, que se limita a "intertextualizar" lo que dice el primero, se centran casi exclusivamente en los insultos que presuntamente lanza Berlusconi. Cuando uno entra en el cuerpo de la noticia se percata de que el insulto tal vez no fue tal, y de que el significado del mismo es al menos ambiguo.
Por su parte ABC mantiene un tono neutral, sin incidir en los excesos verbales y centrándose en las propuestas políticas de ambos bloques. Es el único periódico que se esfuerza en informar sobre las propuestas políticas de los partidos y explicarlas. Un trabajo impecable que permite al lector español comprender los problemas de Italia y las distintas soluciones que ofrecen los bloques. A veces parece como si el periódico se dirigiera más al elector italiano residente en España que al español ávido de noticias sensacionales sobre países extranjeros.
La Razón es favorable a Berlusconi, aunque sin caer en los argumentos ad hominem contra su adversario, tal como hacen El Mundo y El País pero al revés.
Sin embargo, ninguno de los periódicos mencionados informa sobre las encuestas de opinión. Lo último que supimos, hace ya dos semanas o más, es que el bloque de izquierdas aventajaba al Polo en un 5% de intención de voto, con un porcentaje de indecisos superior al 20%. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? La proporción de indecisos no baja, y Prodi contempla la posibilidad de perder las elecciones, o al menos no conseguir mayoría en el Senado, lo cual produciría una situación de ingobernabilidad insostenible. ¿De dónde saca Prodi esa conclusión?
Como en Italia los sondeos electorales están prohibidos durante la campaña, he ido al Times of India y allí leo que los sondeos de los últimos días -una cosa es no publicar, otra no hacerlos. En España los partidos los realizan hasta el día de reflexión- dan un empate entre los dos bloques, con tendencia al alza de Berlusconi. Tal vez este hecho explique la creciente contundencia del primer ministro italiano, quien consciente de que su campaña electoral está siendo un éxito, ya que seguramente muchos electores lo consideran un mal menor, radicaliza su mensaje, al menos en la forma, para hacer tangible la imagen de la izquierda como opción pésima frente a la suya. Justo lo contrario de lo que hizo Aznar en 1993, que contra toda lógica optó por moderar el mensaje en los últimos días de campaña, craso error que sólo cometería un principiante, o alguien muy mal aconsejado. Tal vez España sea diferente, pero lo más normal es que cuando uno suba en las encuestas marque diferencias con el adversario.
Todo esto me lleva a preguntarme lo siguiente: ¿por qué las últimas encuestas de ABC y El País no contienen ni imputación de voto ni porcentaje de indecisos, cuya inclusión en el cálculo suele beneficiar al PP? Esta práctica contraria a las reglas básicas de la encuesta electoral coincide con un continuo llamamiento a Rajoy para que baje el tono de su oposición al gobierno. Espero que en este caso el líder del PP esté mejor asesorado que el Aznar del 93.
Tuesday, April 04, 2006
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