Como es habitual en las presidenciales americanas, las encuestas acertaron. El 6% de diferencia entre Obama y McCain se sitúa entre el 5 y el 7 que auguraban casi todos los estudios. Sin embargo, la diferencia en cuanto a miembros del colegio electoral, enorme dado el triunfo de Obama en al menos 8 estados ganados por Bush en 2004 (quedan por asignar Misuri y Carolina del Norte), y que sobrepasa las previsiones más optimistas para el demócrata, revela los graves desaciertos de la campaña de McCain. 349 para Obama y 187 como mucho para McCain, suponiendo que se imponga en los dos estados que quedan en liza.
Obama ha conseguido más votos, y lo que es más importante, mucho mejor repartidos que el republicano. Es hora de que McCain y el GOP se pregunten si las tácticas empleadas para Bush fueron de corto alcance, un cargador de una sola bala.
En Fox News, Karl Rove, quien como decía ayer todavía no se ha hecho progre, achaca la derrota a una guerra impopular, "aunque justa", a los escándalos de corrupción del Partido Republicano (se le olvida decir que varios de ellos estuvieron protagonizados por sus mejores amigos) y a la irresponsabilidad económica de la mayoría del Congreso (en manos de su partido durante seis años, algo que también olvida mencionar). Preguntado por la responsabilidad de George Bush, dice lo mismo que Zapatero sobre España, que en los EE.UU. no ha habido nunca más gente trabajando a pesar del paro. La demagogia no es patrimonio exclusivo de la izquierda.
Lo más gracioso es que el ingeniero del giro a la derecha social del GOP dice ahora que los republicanos deben buscar unos valores que conecten con la mayoría de los americanos. Increíble. Para Rove, no se puede abandonar a la derecha conservadora, y es posible modernizar el partido sin renunciar a la agenda que algunos denominamos "teocon". Sea como fuere, está claro que habrá que hacerlo de otra forma. Su tiempo ha pasado, algunas veces las victorias llevan consigo la semilla de la derrota.
Obama ha conseguido más votos, y lo que es más importante, mucho mejor repartidos que el republicano. Es hora de que McCain y el GOP se pregunten si las tácticas empleadas para Bush fueron de corto alcance, un cargador de una sola bala.
En Fox News, Karl Rove, quien como decía ayer todavía no se ha hecho progre, achaca la derrota a una guerra impopular, "aunque justa", a los escándalos de corrupción del Partido Republicano (se le olvida decir que varios de ellos estuvieron protagonizados por sus mejores amigos) y a la irresponsabilidad económica de la mayoría del Congreso (en manos de su partido durante seis años, algo que también olvida mencionar). Preguntado por la responsabilidad de George Bush, dice lo mismo que Zapatero sobre España, que en los EE.UU. no ha habido nunca más gente trabajando a pesar del paro. La demagogia no es patrimonio exclusivo de la izquierda.
Lo más gracioso es que el ingeniero del giro a la derecha social del GOP dice ahora que los republicanos deben buscar unos valores que conecten con la mayoría de los americanos. Increíble. Para Rove, no se puede abandonar a la derecha conservadora, y es posible modernizar el partido sin renunciar a la agenda que algunos denominamos "teocon". Sea como fuere, está claro que habrá que hacerlo de otra forma. Su tiempo ha pasado, algunas veces las victorias llevan consigo la semilla de la derrota.
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