Bradlaugh en Secular Conservative:
In Mr. Hume’s post and the comments threads we’ve so far turned up Ronald Reagan and Sarah Palin as having carried out legislative actions suggesting that, at the least, they didn’t/don’t mind abortion very much. I’d add Margaret Thatcher, who IMS voted in Parliament for the 1967 bill that liberalized British abortion law, and certainly who as Prime Minister never made any move against the newly-liberalized abortion regime. So … tell me again howyou can’t be a conservative if you’re not anti-abortion?
Efectivamente, ni Reagan ni Thatcher hicieron nada para limitar el aborto. Thatcher hizo algún comentario crítico, pero eso fue todo. Aznar ni siquiera eso, y algunos políticos de su partido que hoy claman contra el aborto, como Mayor Oreja, menos. Durante los ocho años de Gobierno del PP, el número de abortos en España se multiplicó, se abrieron clínicas y de hecho el aborto en España se hizo libre. Si la nueva ley es tal y como la presenta el Gobierno y además se respeta, algo que al PP no le preocupó lo más mínimo cuando estuvo en el poder, el número de abortos practicados en territorio nacional disminuiría.
La reforma de la ley del aborto viene bien a ambos partidos: al PSOE para envolverse de nuevo en la bandera de los llamados derechos civiles y la modernidad. Sabe que la gran mayoría de la población acepta el aborto bajo ciertas condiciones, y el plazo de 14 semanas es, si lo comparamos con la legislación de casi todos los países de la UE, corto. Al PP le viene bien para reafirmar unas credenciales conservadoras que parte de su electorado pone en duda. Saben que la ley se aprobará y les da lo mismo, igual que a los democristianos les importó un rábano la liberalización de hecho del aborto ocurrida durante los años de Aznar. No recuerdo que entonces se produjeran dimisiones ni pronunciamientos contra la laxitud de la policía -¿quién fue ministro del Interior en los primeros años de administración pepera?- ante los abusos y las denuncias.
Políticos, activistas y medios de comunicación, todos están muy interesados en el asunto y todos se frotan las manos pensando en los beneficios que les reportará esta nueva polarización virtual de la sociedad española. De nuevo, la mayoría será de nuevo convenientemente acallada. Hablará en alguna encuesta que, según el caso, ignorarán o manipularán a su gusto informando sobre las preguntas y los resultados que más les convengan.
En 2007, el CIS publicó un libro titulado Determinantes sociales de la interrupción del embarazo que al menos yo voy a leer. Según sus autoras, "mientras se retrasa la edad de la maternidad, en el aborto ocurre lo contrario: cada vez son más jóvenes las mujeres que lo realizan en un país donde los anticonceptivos son accesibles. El trabajo femenino es otro determinante que también lleva a la reflexión, según las autoras, porque indica que hay que seguir trabajando en mejorar la conciliación entre la vida laboral y familiar".
Espero que en su próximo barómetro de opinión el CIS incluya preguntas sobre el aborto, su despenalización y la consideración de esta práctica como un derecho. Sea cual sea la opinión de cada uno, y antes de lanzarse a apoyar campañas de uno u otro signo, convendría informarse sobre el asunto, no vaya a ser que los partidarios de la liberalización del aborto terminen apoyando una ley que lo limita, al menos sobre el papel, o los contrarios no aporten sino griterío a un debate que debe partir de la respuesta a dos preguntas fundamentales: ¿Por qué abortan? ¿Por qué rechazan la alternativa al aborto?
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