Alicia Sánchez-Camacho, la candidata fernandista (Alberto y Jorge, los hombres más abucheados de España) dice en La Vanguardia, uno de los diarios que apoyó a Alberto Fernández contra Daniel Sirera (el otro es La Razón, dirigido por Paco Marhuenda, conocido en el PPC como "La Maru" por su afición al cotilleo y a fabricar noticias un tanto alejadas de la realidad) que no firmará el manifiesto por el idioma común porque no es necesario.
Algunos comentaristas mal informados y unos cuantos mentirosos quisieron hacernos creer que la candidatura fernandista de Sánchez-Camacho era una alternativa al catalanismo de Daniel Sirera. Yo no me lo tragué, otros sí. A mí me insultaron, a ellos los elogiaron, como casi siempre. Se equivocó, o mintió, la patulea ultra que ha estado animando a Fernández y también a Nebrera, la que sale en la revista Época diciendo que el Opus no la financia. Casi me parto de risa.
¿Qué dirán ahora? ¿Cómo lo arreglarán? Menos mal que Daniel sigue al fente del grupo parlamentario. Si no, algún diputado defensor de la familia ya habría escenificado un acercamiento a Unió en nombre de la moral y las buenas costumbres (no las suyas, desde luego).
Los sepulcros blanqueados necesitan una nueva capa de pintura. Que no nos engañen los teocon con su aparente compromiso con la unidad de la nación y su apoyo a candidatos presuntamente españolistas. No me lo creo. Su agenda es otra. Mienten más que hablan.
¿Por que lo llaman liberalismo cuando quieren decir reacción? El nacional-catolicismo no tiene fronteras nacionales, le basta con las autonómicas. ¿Qué harían si el Plan Ibarreche dijera que el País Vasco es una nación cristiana? Apoyarlo. Faltan católicos y sobran abogados de Lefebvre. Que apostaten ya o que los expulsen cuanto antes. Menudo papelón el de Alicia, quien me consta no es ni nacionalista ni teocon, pero todo tiene un precio, y ella está dispuesta a pagarlo.
Algunos comentaristas mal informados y unos cuantos mentirosos quisieron hacernos creer que la candidatura fernandista de Sánchez-Camacho era una alternativa al catalanismo de Daniel Sirera. Yo no me lo tragué, otros sí. A mí me insultaron, a ellos los elogiaron, como casi siempre. Se equivocó, o mintió, la patulea ultra que ha estado animando a Fernández y también a Nebrera, la que sale en la revista Época diciendo que el Opus no la financia. Casi me parto de risa.
¿Qué dirán ahora? ¿Cómo lo arreglarán? Menos mal que Daniel sigue al fente del grupo parlamentario. Si no, algún diputado defensor de la familia ya habría escenificado un acercamiento a Unió en nombre de la moral y las buenas costumbres (no las suyas, desde luego).
Los sepulcros blanqueados necesitan una nueva capa de pintura. Que no nos engañen los teocon con su aparente compromiso con la unidad de la nación y su apoyo a candidatos presuntamente españolistas. No me lo creo. Su agenda es otra. Mienten más que hablan.
¿Por que lo llaman liberalismo cuando quieren decir reacción? El nacional-catolicismo no tiene fronteras nacionales, le basta con las autonómicas. ¿Qué harían si el Plan Ibarreche dijera que el País Vasco es una nación cristiana? Apoyarlo. Faltan católicos y sobran abogados de Lefebvre. Que apostaten ya o que los expulsen cuanto antes. Menudo papelón el de Alicia, quien me consta no es ni nacionalista ni teocon, pero todo tiene un precio, y ella está dispuesta a pagarlo.
4 comments:
El PP cada día va a peor.Lo de Alicia no firmando el manifiesto por la lengua española... es de traca.
Nebrera nunca me gustó.Tenía que haber ganado Sirera.
¿En serio eres Luis Margol?
Pues no lo pareces. Pero nada de nada.
me encanta el último párrafo, tienes más razón que un santo...
Yo diría que Luis Margol se parece a Lobsang Rampa.
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