Eso afirma un comunicado de prensa de la iglesida bautista de Westboro en Topeka, la capital del estado de Kansas. Esta congregación se hizo famosa en los años ochenta porque sus parroquianos se dedicaban a asistir a los funerales de personas que habían muerto de SIDA en Kansas y Missouri con carteles que decían "Dios odia a los maricones". Consiguieron formar una red de informantes que les avisaba y ellos se presentaban.
Lo peor es que también se metieron en política y apoyaron a algunos candidatos del Partido Republicano para diferentes puestos (consejos escolares, fiscalías, Legislativo del estado etc.). Algunos políticos se distanciaron de ellos, otros no. También iban a los colegios electorales el día de la votación con sus pancartas y se dedicaban a increpar a los votantes que, según su criterio, eran pecadores. En algunas ocasiones los encargados de la votación tuvieron que llamar a la policía para que se los llevara.
En España, mensajes de ese tipo habrían sido castigados por la ley, pero en los EE.UU. el ámbito de la libertad de expresión es mucho mayor que en Europa. Eso no obsta para que desde aquí uno pueda llamar esa gentuza fascista y genocida (¿se imaginan lo que pasaría si pudieran traducir sus ideas en leyes?) por su nombre. Con iglesias así, no hacen falta las sectas satánicas.
El comunicado de prensa se titula Dios odia España. Gracias a Dios por los 160 muertos en el accidente aéreo de Madrid, la venganza de Dios por la venta de España a la agenda de los maricones y anuncia una manifestación frente a la embajada española para llevar a cabo una protesta religiosa y una advertencia.
Por cierto, El Plural se hace eco de la noticia. Espero que ningún hijo de Satanas me salga con alguna gilipollez al respecto, aunque no me extrañaría.
Lo peor es que también se metieron en política y apoyaron a algunos candidatos del Partido Republicano para diferentes puestos (consejos escolares, fiscalías, Legislativo del estado etc.). Algunos políticos se distanciaron de ellos, otros no. También iban a los colegios electorales el día de la votación con sus pancartas y se dedicaban a increpar a los votantes que, según su criterio, eran pecadores. En algunas ocasiones los encargados de la votación tuvieron que llamar a la policía para que se los llevara.
En España, mensajes de ese tipo habrían sido castigados por la ley, pero en los EE.UU. el ámbito de la libertad de expresión es mucho mayor que en Europa. Eso no obsta para que desde aquí uno pueda llamar esa gentuza fascista y genocida (¿se imaginan lo que pasaría si pudieran traducir sus ideas en leyes?) por su nombre. Con iglesias así, no hacen falta las sectas satánicas.
El comunicado de prensa se titula Dios odia España. Gracias a Dios por los 160 muertos en el accidente aéreo de Madrid, la venganza de Dios por la venta de España a la agenda de los maricones y anuncia una manifestación frente a la embajada española para llevar a cabo una protesta religiosa y una advertencia.
Por cierto, El Plural se hace eco de la noticia. Espero que ningún hijo de Satanas me salga con alguna gilipollez al respecto, aunque no me extrañaría.
6 comments:
Pero esta gentuza está de psiquiátrico. Son la maldad en estado puro...qué asco.
saludos
Nada más lejos de mis deseos que caer en la pedantería, pero no puedes decir "Dios odia España", ni "Juan ama Ana", ni "Pedro pega Luisa". Mejor dicho, puedes decirlo, sólo que no es español. Si tu lengua natal es el inglés, el origen del fallo se percibe enseguida (God hates Spain), pero en español rige la construcción con la proposición "a".
Dios no odia a los maricones. No sólo no los odia, sino que él mismo es maricón inveterado, versión "bujarrón", que es el que recibe "en su seno" con fruición, de acuerdo con la metáfora "acoge a sus siervos en su seno".
En cuanto a España, por supuesto que Dios la odiará. ¿Podría acaso no odiarse este funesto país?
Gracias Pandemonio, por ejercer de anfitrión para este descarriado.
"a + complemento directo". Hay casos en que la presencia de la preposición es forzosa, casos en que no debe utilizarse y casos en que puede aparecer o no.
NO SE USA:
Ante nombres propios de países o ciudades (el uso con preposición, habitual en épocas pasadas, prácticamente ha desaparecido de la lengua actual): No conozco Francia; Este verano he visitado Nápoles.
Pero si estos nombres denotan no una realidad meramente geográfica, sino el conjunto de sus ciudadanos, se admite la preposición: Es capaz de engañar a media Italia.
El resto de los nombres propios geográficos nunca llevan preposición: Cruzó el Tajo a nado; Escaló el Himalaya.
Salud!
Anónimo, me has quitado el comentario de la palabra. El error de Karlov se debe a que los periodistas han optado por personificar países y otros nombres que indican personas. En los periódicos usan la preposición "a" para todo.
Karlov, tu comentario me deja perplejo. No sé a qué viene decir eso del Dios bujarrón, pero bueno, que cada uno desbarre como quiera. Yo no me meto en la vida de nadie, ni siquiera en la de Dios. Y España tampoco está tan mal, creo yo.
No soy de vuestra opinión, Libertymad y anónimo. "Odiar España" me suena más bien a odiar el territorio conocido como España. Cuando uno odia las patatas fritas, no las come. Si uno odia la música clásica, procurará no escucharla. Cuando uno odia España, la acción lógica es no visitarla, o emigrar de ella.
Pero, en el concepto del tal Phelps, Dios odia y en consecuencia castiga, como según él muestra el accidente aéreo. Y sólo se castiga a seres animados; está justificada la preposición. "Dios odia a España" me parece la traducción correcta.
Gracias, Marzo, la personificación no está fuera de lugar, pero prefiero pecar por defecto que por exceso, como hacen los periodistas.
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