David Boaz, conocido en España por su libro Liberalismo (Libertarianism), editado por Gota a gota, lleva muchos años proponiendo la privatización del matrimonio, y si no es así, entonces marriage for all. En este vídeo explica de forma sucinta su posición:
Supongo que algún analfabeto funcional, de los de "el liberalismo ha cambiado" (y tanto, querido) dirá que es una pena que el Sr. Boaz sea otro miembro de la "generación obamita". ¡Qué pena! Bueno, si tienen su libro en casa, pueden quemarlo tranquilamente. Seguro que le hacen un favor a su autor.
Pueden leer su artículo de hace 10 años publicado en la revista Slate aquí.
Supongo que algún analfabeto funcional, de los de "el liberalismo ha cambiado" (y tanto, querido) dirá que es una pena que el Sr. Boaz sea otro miembro de la "generación obamita". ¡Qué pena! Bueno, si tienen su libro en casa, pueden quemarlo tranquilamente. Seguro que le hacen un favor a su autor.
Pueden leer su artículo de hace 10 años publicado en la revista Slate aquí.
5 comments:
Lo de "differents points of view" no interesa a los que ven teocons por doquier. Claro.
Y es que se puede estar por la privatización y considerar que el "marriage for all" no es precisamente el paso en la dirección adecuada.
O que, en todo caso, "for all" ha de incluir a hermanos, amigos y otros tipos de familias consagrados por el uso y la costumbre (para qué hablar de la mera libertad que añadiría la poligamia y la poliandria).
Claro que éstos no tienen lobbys, sean libero o progres.
Pues yo, aunque no tengo una idea muy profunda al respecto, creo que el matrimonio no es un simple contrato entre particulares, sino que es algo más: es una institución social de marcada relevancia. Ello me hace pensar que privatizar el matrimonio (es decir, aplicarle el principio de autonomía de la voluntad, pudiendo introducir cualquier cláusula --siempre que no fuese contraria a la ley--) desvirtuaría el reconocimiento social de una institución tan importante.
No obstante, como he dicho, no tengo una idea profunda sobre el tema. Por cierto, esta es la primera vez (creo) que entro en este blog. Permíteme que curiosee un poco por aquí.
Saludos.
Anónimo, repites la chorrada de siempre que produce bastante risa. Si tú quieres casar a tus perros, allá tú. El equilibrio entre tradición y novedad puede ser la unión de dos personas que no sean familiares directos. Lo otro, como demuestra la historia, ha traído un montón de problemas, y es por eso que no lo aceptamos. Eso es algo que nadie niega, o tal vez lo hagas tú en tu imaginación, en cuyo caso te recomiendo visites a un buen piscólogo.
Joer, como argumenta el politólogo. Da gusto: perros, da risa, psicólogos...
O sea, que el equilibrio es lo que tú dices y porque tú lo dices. Y, por cierto, ¿por qué tiene que haber un equilibrio? ¿El tema no era justificar desde un punto de vista liberal el matrimonio gay?
Pues si no te importa, dime por qué no vale lo mismo para dos hermanas solteras que llevan conviviendo juntas casi toda su vida. ¿O eres demasiado urbanita para conocer estos casos netamente tradicionales?
Anyway, mola que alguien tan obsesionado con el teoconismo apela a la tradición para no admitir algo por su dizque mal funcionamiento, como si eso, de ser cierto, importase para su legitimación.
Puestos a dar consejos, yo te regalo uno: leete bien a Boaz, anda.
Pero ¿para qué coño se casa nadie, a estas alturas?
¿Le interesa a alguien casarse? ¿Para qué? Te pones a vivir con él/ella, y punto. Eso sí que es liberalizar y privatizar la convivencia.
¿Las ventajas legales y jurídicas? Pues no, porque esas requieren que pases por el aro del matrimonio convencional, el legalizado y registrado, y volvemos a las mismas.
Pues para no tener esas ventajas, que era lo único que tenía a su favor la antigualla, convivo con mi media naranja, y punto.
No sé quién coño estará hoy por el martiri-monio, la verdad.
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