Ayer jueves los obispos dijeron que ningún católico coherente puede apoyar el anteproyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva. El Gobierno, que en los últimos días ha cambiado su táctica y ha optado por un discurso conciliador (seguro que al final el Parlamento restringirá la libertad de las menores de edad a la hora de abortar) y está vendiendo la ley como lo que es, una restricción de derecho del aborto libre de hecho que existe en España y ante el que ni Aznar durante sus ocho años de Gobierno ni la Iglesia entonces dijeron nada -tampoco Jaime Mayor Oreja, a la sazón ministro de Interior-.
Por su parte, Rajoy se opone a la ley pero no porque se lo diga nadie, sino porque le parece inconstitucional. Supongo que no faltarán ateos que reprochen a Rajoy tener una postura propia y les parecerá un escándalo que el PP no use los documentos de los obispos para legislar. A mí, en cambio, me parece muy bien. También que la Iglesia opine sobre lo que quiera en los términos que le plazcan. No tanto que ateos ignorantes que no tienen ni idea nos digan a los creyentes lo que tenemos que pensar. Y luego dicen de los jacobinos.
La reforma saldrá, el PSOE la venderá bien y además cederá en su punto más polémico e impopular, y a otra cosa, mariposa. Y la manifestación de octubre -deberían haberla convocado antes, pero corrían el riesgo de que su cercanía con la mani del orgullo LGTB hiciese de ella algo diferente a una protesta contra el aborto- será un fracaso. La diferencia en el tratamiento informativo que los periódicos de derechas dan al asunto en sus ediciones de papel, donde la noticia aparece muy destacada, y en las online, donde no está en la portada y ha sido relegada a la sección de Sociedad, me parece bastante indicativa de lo que está ocurriendo.
Por su parte, Rajoy se opone a la ley pero no porque se lo diga nadie, sino porque le parece inconstitucional. Supongo que no faltarán ateos que reprochen a Rajoy tener una postura propia y les parecerá un escándalo que el PP no use los documentos de los obispos para legislar. A mí, en cambio, me parece muy bien. También que la Iglesia opine sobre lo que quiera en los términos que le plazcan. No tanto que ateos ignorantes que no tienen ni idea nos digan a los creyentes lo que tenemos que pensar. Y luego dicen de los jacobinos.
La reforma saldrá, el PSOE la venderá bien y además cederá en su punto más polémico e impopular, y a otra cosa, mariposa. Y la manifestación de octubre -deberían haberla convocado antes, pero corrían el riesgo de que su cercanía con la mani del orgullo LGTB hiciese de ella algo diferente a una protesta contra el aborto- será un fracaso. La diferencia en el tratamiento informativo que los periódicos de derechas dan al asunto en sus ediciones de papel, donde la noticia aparece muy destacada, y en las online, donde no está en la portada y ha sido relegada a la sección de Sociedad, me parece bastante indicativa de lo que está ocurriendo.
No comments:
Post a Comment