En Sevilla se detecta un sospechoso aumento de separaciones coincidente con la entrada en vigor de una norma que privilegia a los hijos de padres separados a la hora de la asignación de plazas escolares.
En Madrid, muchas parejas con hijos siguen empadronadas en el barrio de los padres de alguno de ellos (Salamanca, por ejemplo) para que los hijos puedan a ir a un colegio de la zona. Esto causa problemas de tráfico y de coordinación entre los miembros del matrimonio y los abuelos, cuya vida gira alrdedor del horario escolar de los niños. Con tanto presión, algunos terminan divorciándose, pero de verdad.
Muchos defensores de la libertad de enseñanza apelan a los padres. No tengo muchas esperanzas. Inmersión lingüística, reducción de plazas en centros concertados, talleres sobre diversidad en los que los niños reciben cuestionarios en los que la heterosexualidad es presentada como una peligrosa anomalía (Lucía Figar sale por peteneras hablando de EpC; como ella sabe, estas cosas pueden ocurrir con o sin la dichosa asignatura)... Y nadie dice nada. Supongo que muchos se sentirán agradecidos al Estado por darle a su hijo una enseñanza "gratuita". Como me decía un cubano el pasado verano, aquí dicen que todo es gratis, pero es justo lo contrario. Con los sueldos que recibimos durante toda nuestra vida y los años de trabajo gratuito a los que nos obligan desde niños, aquí tenemos los servicios más caros del mundo, y encima son pésimos.
En 1982, Felipe González proclamaba en sus mítines que quería una España en la que la calidad de la formación de un niño no dependiera del tamaño de la cartera de sus padres. Ahora, además de la cartera, depende de las grandes ideas de algún político intervencionista (valga la redundancia).
Y los papás, como corderos al matadero.
En Madrid, muchas parejas con hijos siguen empadronadas en el barrio de los padres de alguno de ellos (Salamanca, por ejemplo) para que los hijos puedan a ir a un colegio de la zona. Esto causa problemas de tráfico y de coordinación entre los miembros del matrimonio y los abuelos, cuya vida gira alrdedor del horario escolar de los niños. Con tanto presión, algunos terminan divorciándose, pero de verdad.
Muchos defensores de la libertad de enseñanza apelan a los padres. No tengo muchas esperanzas. Inmersión lingüística, reducción de plazas en centros concertados, talleres sobre diversidad en los que los niños reciben cuestionarios en los que la heterosexualidad es presentada como una peligrosa anomalía (Lucía Figar sale por peteneras hablando de EpC; como ella sabe, estas cosas pueden ocurrir con o sin la dichosa asignatura)... Y nadie dice nada. Supongo que muchos se sentirán agradecidos al Estado por darle a su hijo una enseñanza "gratuita". Como me decía un cubano el pasado verano, aquí dicen que todo es gratis, pero es justo lo contrario. Con los sueldos que recibimos durante toda nuestra vida y los años de trabajo gratuito a los que nos obligan desde niños, aquí tenemos los servicios más caros del mundo, y encima son pésimos.
En 1982, Felipe González proclamaba en sus mítines que quería una España en la que la calidad de la formación de un niño no dependiera del tamaño de la cartera de sus padres. Ahora, además de la cartera, depende de las grandes ideas de algún político intervencionista (valga la redundancia).
Y los papás, como corderos al matadero.
2 comments:
Estoy seguro de que habrá alguno que se sorprenda por tu afirmación de los divorcios para conseguir más puntuación, pero es completamente cierto. Yo también me sorprendí al conocer el primer caso, pero no es ninguna anécdota concreta sino una de las muchas artimañas que hay que usar para conseguir plaza en el colegio que quieres para tus hijos (por el motivo que sea) y no en aquél que el comisario político de turno ha decidido que te mereces.
“Y los papás, como corderos al matadero”
Libertymad, en tu última frase resumes uno de los más importantes objetivos políticos de la actual reingeniería social impuesta por el feminismo. Me refiero al objetivo final de éste: la destrucción de la paternidad.
Hace ya más de dos décadas se crearon en EEUU leyes feministas a partir de la cuales se privilegiaba a la familia monoparental femenina, recibiendo las mujeres apoyos económicos en función del número de hijos que tenía con distintos padres. Si era madre soltera, por ese hijo recibía más ayuda económica que si en sus mismas circunstancias de nivel social lo tenía una madre casada; más aún, recibía más ayuda si tenía dos hijos de padres distintos, y más si tenía tres. Por supuesto, muchos de estos hijos eran tempranamente abandonados por sus madres; pues las ayudas podían se útiles para tenerlos, pero no para mantenerlos. De esa experiencia, entre otras consecuencias, el número de encarcelados ascendió como jamás nunca había ocurrido en ese país. El feminismo español, existente en todos los partidos, está implantando a través de ellos esas políticas.
Lo importante es la destrucción de la paternidad, la sementalización del varón y en tanto se pueda, su explotación económica por parte de la ex-esposa. En cualquier caso (y por si acaso), la mujer ha de tener siempre derechos de propiedad sobre sus hijos, pudiendo abortarlos en cualquier momento del embarazo, raptárselos al padre posteriormente, y en paralelo, imponerles para con ellos todas las obligaciones económicas y ningún derecho.
En estos principios todos los hijos han de ser adoctrinados, sobre todo si son varones. Desde su nacimiento, en la ausencia de la figura afectiva paterna; posteriormente en preescolar e infancia, desde un profesorado casi exclusivo de la figura femenina; y más tarde en la adolescencia, a través de los principios del feminismo de género (que tales objetivos persigue) con asignaturas como la EpC.
No Libertymad, el que los padres se separen con la excusa de conseguir un colegio para los hijos, no es simple picaresca de la típica cultura hispana. Es un objetivo perseguido y calculadamente previsto por el feminismo más antivarón y por tanto fascista. La guerra al matrimonio heterosexual pasa por implantar toda clase de ventajas y derechos para con la familia monoparental femenina: ayudas económicas para tales mujeres, preferencia de derechos para los hijos de madres solteras o separadas, discriminación positiva para estas madres en el ámbito laboral, etc... hacen posible comportamientos como el de las separaciones por razón de asegurar la elección de colegio para los hijos. No interesan los hijos ni sus padres, interesan los objetivos sexistas del feminismo.
¡Que bien se gobierna y abusa de los hijos en una familia monoparental femenina, no hay otro padre que los defienda y pueda denunciar dichos abusos! ¡Que bien se gobierna y abusa de los hijos en una familia monoparental femenina, cuando los hijos a lo largo de toda su infancia y adolescencia son adoctrinados en la exclusiva dependencia de la figura femenina por el sólo hecho de serlo!
Feminismo versus reingeniería social contra la media humanidad masculina.
Un saludo
Pablo el herrero
Post a Comment