No sé lo que ocurre con tantos políticos europeos, que cuando se trasladan a vivir a Bruselas parecen sufrir una especie de lobotomía y se ven poseídos por un súbito afán por regularlo todo. Este es el caso de Frattini, que desminte que la Comisión esté barajando la idea de un código de buenas formas, al que denomina autorregulación, como si el hecho de que Europa vaya a hacer algo sin que se lo impongan los islamistas fuera un triunfo.
Desde luego que como la redacción del documento se haga a la francesa, es decir, un grupo de señores que se representan a ellos mismos y responsables ante nadie, reunidos en un castillo a todo lujo y sin acceso de los medios de comunicación, creo que lo mejor sería oponerse de plano a semejante engendro. Sacarán el papel y dirán "o todo o nada", y al final será por supuesto que nada, aunque los socialistas españoles serán los primeros en apoyarlo fervientemente, y el grupo Prisa en implementarlo en sus medios, aplicando eso sí la cláusula Dan Brown, que reza así:
"Al ser el Vaticano un Estado, los comentarios críticos referente a la Iglesia Católica y su universo simbólico, que incluye al resto de las llamadas denominaciones cristianas, pues todas provienen de Roma, no se considerarán asunto de religión, sino de política, terreno en el que la libertad de expresión no debe tener en principio ningún límite".
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