Yo acuso el silencio tejido en nombre de una revolución alrededor de una isla: mi país.
Yo acuso al cómplice e ignorante silencio de aquellos que teniendo libre acceso a la información conribuyen a impedir que el mundo sepa de la humillación y del dolor del pueblo cubano.
Yo acuso a la insensibilidad y a la desidia de los medios de comunicación internacionales.
Yo acuso a la CNN, entre otros medios de comunicación.
Yo acuso a la ceguera y al acomodamiento. Yo acuso a los colaboracionistas que enriquecen su bolsillo con el dolor ajeno.
Yo acuso a los pederastas que consiguen sexo barato con los niños cubanos.
Yo acuso al régimen por incentivar la prostitución infantil, y acuso al cliente que consume y se beneficia de la pobreza de la niñez cubana.
Yo acuso las garras ensangrentadas del régimen por tantas vidas tronchadas en combates cotidianos e inútiles, y en guerras que nada tenían que ver con nosotros.
Yo acuso al dictador por tantos destinos ahogados en el mar, devorados por los tiburones.
Yo acuso el nivel de analfabetismo que ha ido expandiéndose a falta de libros, a fuerza de recibir como educación un discurso monotemático encubierto en una ideología apologética, castradora y holocáustica.
Yo acuso a quienes con su complicidad contribuyen a abortar movimientos opositores internos equivalentes a los de los ex regímenes totalitarios.
Zoé Valdés, La ficción Fidel.
Mañana domingo, a las 12 de la mañana, tienes una cita con la libertad en la Puerta del Sol de Madrid. No faltes.
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