Por si lo de los arbilianos fuera poco, sus primos hermanos de
La Falange publican hoy un artículo denunciando la conspiración de la extrema derecha judaica, es decir, Libertad Digital. La pieza produce algo de miedo y mucha risa. Dice cosas como:
La realidad es que el malhumorado tapón turolense se dedica, desde la tribuna de los obispos y desde Libertad Digital, el tinglado mediático que montó con la inestimable colaboración de varios gobiernos regionales del PP, muy especialmente del de su amiga Espe, a difundir sin el más mínimo atisbo de originalidad las ideas del movimiento neocon norteamericano...La franquicia neocon en España pasa por Jiménez Losantos. No hay pruebas de que cobre por ello, pero conociendo cómo funcionan estos entramados siniestros, no es en absoluto descartable.
No deja de ser curioso leer la gacetilla de extrema derecha judaica que él lidera, Libertad Digital. En el recuadro de opinión, son habituales las colaboraciones de una serie de individuos tales como...
El nexo común entre todos estos individuos que habitualmente se asoman a las páginas de opinión de Libertad Digital es que todos ellos son neocon, y todos ellos son judíos. (Si alguien duda de su particular relación con este medio losantiano, no tiene más que teclear en Google, buscando en páginas de España, el nombre del individuo seguido de “libertad digital”).
El escritor judío americano Michael Lind, en su obra, Made in Texas: George W. Bush and the Southern Takeover of American Politics, refiriéndose a los principales neocon, declara sin tapujos "… tienen sus raíces en la izquierda, no en la derecha". "Son producto del sector judío-americano del movimiento trotskista de los años treinta y cuarenta, que se convirtió en un liberalismo anticomunista entre los cincuenta y los setenta y que, finalmente, se ha transformado en una derecha militarista e imperial sin precedentes en la historia de la cultura política norteamericana.”
Un lector inadvertido del libelo ultraderechista-sionista Libertad Digital podría llegar a pensar que lo que lee, siempre a favor de los Estados Unidos y del Estado de Israel, es fruto de la coincidencia desinteresada de expertos analistas de diferente procedencia. Pero no es así. Los judíos desparramados por el mundo escriben como americanos, bolivianos o argentinos, sin delatar casi nunca su origen. Y escriben en muchos medios porque los editores también son judíos, o a sueldo de éstos, como, muy probablemente, en el caso que nos ocupa.
La gran contribución del enano turolense al patriotismo es ponerlo en manos de quienes siempre han odiado a España y al Catolicismo Romano. Es decir, en manos de los descendientes de los que Los Reyes Católicos sabiamente mandaron a hacer puñetas hace poco más de 500 años.
Creo que estos lo tienen difícil para ser ungidos como corriente del liberalismo, pero nunca se sabe. Su apelación al catolicismo podría tener encaje en el
liberalismo de Derecho Divino que defiende un bloguero de Red Liberal. Cosas más extrañas se han visto. A estas alturas, nada me sorprendería.