Leo en la edición de El País de hoy que varios elementos opositores al actual gobierno sirio han formado una plataforma en París. Entre ellos se encuentra el ex vicepresidente Abdel Halim, que tras 40 años de repente se ha dado cuenta de que el gobierno genera paro y pobreza. Como mínimo el movimiento parece un poco sospechoso.
Los Hermanos Musulmanes también integran este Frente Amplio, cuyo líder, Alí Bayanuni, afirma que "Los americanos se mueven por sus propios intereses, que no tienen nada que ver con la democracia y los derechos humanos. No podemos espera nada de su intervención". ¿Y qué podemos esperar de la suya?
En primer lugar censura, represión, y la utilización de las masas tal y como lo hace el partido Baas, como evidencian las movilizaciones que los islamistas promovieron contra las viñetas danesas.
En segundo lugar, nacionalismo y chauvinismo, como demuestran las manifestaciones de Mahdi Akef, líder de los Hermanos en Egipto, para el cual "nuestra comprensión de la democracia depende de los criterios aprobados por el Islam, es decir, valores de justicia, igualdad y diálogo".
Qué lástima que aquí en Occidente desconozcamos esos valores. Supongo que Moratinos debería llevar a cabo un esfuerzo conjunto con el ministerio de Educación para que los españoles fuéramos instruidos en ellos.
Y en tercer lugar, Shari'ah, que como Moratinos tendrá que enseñarnos, no está reñida con esos valores democráticos islámicos. En efecto, Afek apoya la aplicación de la ley islámica a todos los campos, ya que es "la única salida a los males políticos, económicos, sociales y culturales, tanto intrernos como EXTERNOS" (las mayúsculas son mías). ¿Sustituimos la Carta de la ONU por la ley islámica?
En cuanto a los Hermanos en Siria, su representatividad es cuestionable. Tras la brutal represión sufrida por la organización a principios de los años ochenta por Assad tras el intento de asesinato -el gobierno declaró la membresía en la organización punible con la pena de muerte; ¿dónde estaba el arrepentido Halim entonces?- se produjo la huida de los miembros vivos que quedaron. La organización quedó desarticulada y próxima a la extinción.
Uno no puede evitar preguntarse: 1. ¿Es este frente realmente opositor o una mera lucha interna entre miembros del clan sultanístico?; 2. ¿Son Los Hermanos Musulmanes tales, es decir, la continuación de la organización ilegalizada en los 80, o una impostura?; 3. ¿Cuenta este frente con alguna ayuda exterior, árabe u occidental? Epero que por el bien de todos Francia haya aprendido de los letales resultados del experimento Jomeini, quien contó con el apoyo de Assad durante la guerra contra Irak.
La creación de un gobierno islámista en Siria con veleidades expansionistas sería una mala noticia para la paz y la prosperidad en toda la región. La reactivación de la idea de la Gran Siria vestida con ropajes fundamentalistas es una amenaza que los gobiernos occidentales no deberían perder de vista. En definitiva, el remedio puede ser peor que la enfermedad, sobre todo si comparte sus síntomas.
Saturday, March 18, 2006
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