Thursday, December 27, 2007

Discriminación privada y derechos humanos

Aprobada la ley de No Discriminación en el Trabajo (ENDA) en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. La norma prohíbe la discriminación basada en "la orientación sexual real o percibida" y no incluye el género -transexuales-. 35 republicanos votaron a favor y 25 demócratas en contra.

La National Gay and Lesbian Task Force, Lambda y otras organizaciones gays, igual que los marxistas revolucionarios del siglo XIX que se oponían a la expansión del sufragio porque alejaría la revolución pendiente, se manifestaron en contra de la ley alegando que tenía pocas probabilidades de ser aprobada en el Senado, mientras que al mismo tiempo proponían un texto más radical e intervencionista que de hecho se asemeja a una política de cuotas y discriminación positiva. Además exigían que la ley incluyera a los transexuales. La típica táctica del "todo o nada", prefiriendo siempre "nada" para seguir engordando la burocracia de la organización. Ya lo dijo Robert Michels hace mucho tiempo cuando estudió el partido socialdemócrata alemán. Al final las organizaciones políticas pierden de vista los objetivos que las vieron nacer y su único fin consiste en mantener y expandir la organización y el poder de sus líderes.

Entre la lista de asociaciones opuestas, ninguna republicana y tampoco la mayor y más influyente de los EE.UU. Human Rights Campaign, de carácter reformista, no revolucionario, e integracionista, no comunitarista o separatista.

Información extraída ente otros de aquí, aquí y aquí, en el Independent Gay Forum.

Sin embargo, mi opinión sobre el asunto difiere de la de mis fuentes. Me temo que tal vez el mayor problema de una parte del establishment mariprogre norteamericano resida en que la ley incluye todas las orientaciones sexuales, algo que por alguna razón se les ovida mencionar. Es decir, que de ahora en adelante quizá tengan que admitir alguna secretaria heterosexual o un conserje a quien le gusten las mujeres. Según la ortodoxia, queer, eso es un insulto intolerable y un acto de opresión heterosexista.

Confieso que en general no me gustan las leyes antidiscriminatorias en los trabajos porque los empresarios deberían ser capaces de decidir qué tipo de gente quieren emplear. Por otra parte, si alguna empresa discrimina me gustaría saberlo. Se me ocurre que los empresarios podrían suscribir una política antidiscriminatoria de forma voluntaria y a la carta. Así, los consumidores sabríamos si al comprar algo perjudicamos las oportunidades de personas con las que sentimos afinidad y/o solidaridad por alguna razón, o incluso las propias caso solicitemos un empleo en esa empresa en el futuro. De todos modos, al final la lista de características sería enorme, así que habría que consensuar una. Por ejemplo, no me parece que las rubias deban aparecer como objeto de posible discriminación. Supongo que el recurso a la historia -rasgos que han sido objeto de discriminación en el pasado en ese lugar- resolvería el problema.

Too much ado about nothing? No lo sé. Ignoro si mi experiencia será generalizable, pero en casi todos los casos de discriminación que he visto y/o sufrido, lo que ocurría es que la empresa tenía una política antidiscriminatoria, pero algunos de sus gerentes discriminaban a escondidas por motivos personales, como si ellos fueran los dueños del negocio. En casos así creo que las leyes laborales y penales deberían ser duras porque ese comportamiento daña gravemente tanto los intereses de la empresa como los de los trabajadores, que son objeto de un fraude por parte de su jefe, que de forma arbitraria viola el contrato que él no firmó -si quiere discriminar, que monte su propia empresa o se vaya a otra-. Como mínimo despido inmediato e indemnización a las víctimas.

Este caso se me antoja análogo al de la libertad de portar armas. De forma esquemática y general, soy favorable a la legalización siempre que existan duras sanciones para quien se extralimite o use esa libertad de forma ilegítima y con el único propósito de causar un daño a los demás. Por desgracia, un sistema legal que considera que tomarse una cerveza es una circunstancia eximente del asesinato no es el más adecuado para fomentar la libertad individual y la responsabilidad. Al final muchos acabarían a tiros alegando después cualquier tontería o maltratando a sus subordinados en el trabajo excusándose en el efecto de la cafeína en el desayuno. ¿Quién desata este nudo gordiano?




No comments: