Una cita con Abel Arana

Esta tarde se presenta Historias de Chueca, aunque yo creo que en realidad el libro debe titularse Historias de musculocas de Chueca. Una vision parcial y reducida del gueto gay, valga la redundancia, escrita con mucha gracia. A medio camino entre al Arcipreste de Hita y Quevedo. El ultimo capitulo, en el que el autor intenta dar un giro reivindicativo a la historia, se estrella por su simpleza y debilidad. Salvo eso, el texto hace reir y provocara sonrojos por la forma descarnada en la que describe algunos de los habitos de la tribu de la vigorexia, una enfermedad que deberia ser eliminada del catalogo de las prestaciones publicas. Que cada uno haga lo que quiera con sus musculos, pero en mi nombre, y con mi cuenta bancaria, no, a menos que ademas de vigorexico uno sea escritor, en cuyo caso estaremos encantados de financiarle los tratamientos por los efectos secundarios derivados de toda la mierda que tragan a cambio de buena literatura.

No se lo pierdan. Abel es un chico muy agradable y tiene talento. De paso, podran visitar uno de los templos del mariprogresismo patrio, o estatal, como dicen ellos, y comprar algo. La libreria esta muy bien surtida, especialmente la parte de narrativa masculina, con un monton de obras descatalogadas a precios bastante bajos.

Ya me contaran.

Nota no erudita: Algo le ocurre a mi teclado. No puedo colocar tildes.